92 AÑOS EDUCANDO
Con alegría, libertad, misericordia y compromiso.
Nuestro colegio pertenece al Instituto de las Hermanas de la Misericordia de las Américas, fundado en 1931.
En la actualidad, el Instituto tiene colegios en muchos lugares del mundo y Santa Ethnea es el único en Argentina. Junto con colegios de Honduras, Belize, Estados Unidos, Jamaica, Filipinas y Guam formamos el sistema de la Educación de la Misericordia (mercyedu.org).
MISIÓN
Ser una escuela inclusiva, centrada en la persona, que ayude a desplegar las potencialidades personales y grupales, respetando los ritmos individuales de aprendizaje. Una escuela que haga cultura desde la formación académica con un claro compromiso social y trascendente, siendo la Misericordia su sello distintivo.
VISIÓN
La visión guía, orienta y da sentido a nuestro trabajo. Forma parte de los valores intangibles dentro de la institución. En Santa Ethnea, queremos educar con:
- Alegría: disfrutar de nuestra tarea con convencimiento y felicidad, mirar el lado positivo de los otros.
- Misericordia: mirar al otro desde el corazón, estar atento a sus necesidades. Aceptar a toda persona, cualquiera sea su realidad.
- Libertad: actuar con responsabilidad, con capacidad de elección y decisión. Optar por lo que nos hace mejores personas, respetando la libertad de los otros.
- Compromiso: vivir nuestros valores asumiendo con fidelidad y sentido comunitario nuestra tarea.
NUESTRO ESPÍRITU
Los Valores Fundamentales son el sello distintivo de una Educación de la Misericordia. Estos son los ideales que defendemos y nos esforzamos por cumplir. Nos atenemos a estos estándares como institución, como comunidad y como individuos. Cada valor está interconectado y es necesario cuando llevamos la Misericordia al mundo.
Las/los estudiantes de la Misericordia, en el espíritu de nuestra fundadora, Catalina McAuley, están firmemente decididas/os a llevar la Misericordia a un mundo interconectado. Nuestro sentido común de conciencia social está fortalecido por la empatía universal y una convicción de que todos son dignos de la misericordia de Dios. Esta profunda conciencia y compasión nos mueven a actuar basados en principios y a atender a las necesidades de los demás.
Las/los estudiantes de la Misericordia aceptan el desafío de desarrollar todo su potencial en una cultura de excelencia, pensamiento crítico y curiosidad. Su camino multifacético fortalece el carácter, a la vez que desarrolla las habilidades esenciales. Nuestro programa holístico espera compromiso, una sed de conocimiento y responsabilidad personal, mientras que prepara a las/los estudiantes para prosperar durante toda su vida.
Las/los estudiantes de la Misericordia llegan a ser modelos vivientes de fe y fervientes anunciadores de los valores evangélicos. Arraigadas/os en nuestra identidad Católica y en la tradición de la Misericordia, damos la bienvenida a todas las religiones y estas relaciones nos fortalecen y moldean. A medida que buscamos una relación personal con Dios, seguimos con convicción el ejemplo de Jesucristo de justicia social, amor inclusivo y servicio respetuoso.
Las/los estudiantes de la Misericordia están preparadas/os para liderar con sus dones únicos. Preparadas/os con una brújula ética y moral, ponemos en acción los valores de la Misericordia y trabajamos de manera asertiva por lo que es correcto. Estamos equipadas/os para tomar decisiones difíciles, aprender de nuestros errores y desarrollar una alta inteligencia emocional. Como comunidad internacional, confiamos en nuestra capacidad de marcar una diferencia positiva e impulsar un cambio sistémico.
Las/los estudiantes de la Misericordia honran el valor intrínseco del individuo y reconocen la presencia de Dios en cada persona. Adoptamos una visión global, valoramos las diferencias de opinión y no tenemos miedo de enfrentar actitudes hostiles o hirientes. Al defender a los que no pueden defenderse, vamos más allá de la aceptación para asegurarnos de que todos se sientan reconocidos y escuchados.