Historia

El Colegio Santa Ethnea es uno de los colegios pertenecientes a las Hermanas de la Misericordia de las Américas .

Animadas por el Evangelio y la pasión de su fundadora, las Hermanas comprometen su vida y recursos para actuar en solidaridad con los pobres del mundo, especialmente las mujeres y los niños.

l 24 de febrero de 1856, llegaron a Buenos Aires las primeras hermanas irlandesas a instancias del Padre Fahy, quien asistía espiritualmente a una gran cantidad de inmigrantes irlandeses en el país. Su objetivo era continuar ofreciendo en Argentina el servicio de misericordia.

Desde ese entonces, su casa madre es el Mater Misericordiae. Al poco tiempo, se les confió el colegio Santa Brígida, propiedad de la Asociación Católica Irlandesa y paulatinamente, abrieron varios colegios en la provincia de Buenos Aires.

Hoy día, más de 14.000 hermanas alrededor del mundo cumplen con la misión de servicio y llevan una vida inspirada en la oración y sustentada por el apoyo de la comunidad.

Historia y Fundación del Colegio

Con el propósito de ampliar su radio de influencia en la Provincia de Buenos Aires y después de pacientes estudios, las Hermanas de la Misericordia decidieron crear un establecimiento que sirviera como colegio y noviciado y eligieron instalarlo en Bella Vista.

El 11 de enero de 1931 se firmó la escritura correspondiente. Escogieron esa fecha por tratarse del día celebratorio de Santa Ethnea, una princesa irlandesa convertida al cristianismo por el Patrono de Irlanda, San Patricio, en honor a la cual nombraron a la institución.

Ese mismo año, el por entonces Nuncio Apostólico Monseñor Felipe Cortesi bendijo la piedra fundamental. Las actividades académicas comenzaron en 1932, con los grados primarios mixtos.

En 1958, comenzó una nueva etapa al crearse la Sección Secundaria y en 1962 egresaron del colegio las primeras maestras. En 1966, por consejo del obispado, el Colegio Santa Ethnea se convirtió en una escuela de niñas exclusivamente, y recién en 1994 volvieron a incorporarse los varones.

A partir de una revisión de su carisma y del inicio de un profundo proceso de transformación educativa, hace ya varios años, las Hermanas decidieron delegar la tarea de conducción a los laicos comprometidos con el espíritu de la Misericordia.